El
maestro sufí.
(Jorge
Bucay, adaptado)
Narradora:
El maestro sufí contaba siempre una parábola al finalizar cada
clase, pero los alumnos no siempre entendían el sentido de la misma.
Una tarde, uno de ellos, le dijo con cierto enfado:
Alumno: Maestro, tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado...
Maestro: Pido perdón por eso. Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico melocotón.
Alumno: Gracias maestro.
Maestro: Quisiera, para agasajarte, pelarte tu melocotón yo mismo. ¿Me permites?
Alumno: Sí. Muchas gracias, maestro.
Maestro: ¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo...?
Alumno: Me encantaría... Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro.
Maestro: No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte. Permíteme que te lo mastique antes de dártelo...
Alumno: Maestro, tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado...
Maestro: Pido perdón por eso. Permíteme que en señal de reparación te convide con un rico melocotón.
Alumno: Gracias maestro.
Maestro: Quisiera, para agasajarte, pelarte tu melocotón yo mismo. ¿Me permites?
Alumno: Sí. Muchas gracias, maestro.
Maestro: ¿Te gustaría que, ya que tengo en mi mano un cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo...?
Alumno: Me encantaría... Pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro.
Maestro: No es un abuso si yo te lo ofrezco. Solo deseo complacerte. Permíteme que te lo mastique antes de dártelo...
Narradora:
El discípulo se quedó sorprendido ante aquella propuesta tan
grosera del maestro, impropia de una persona educada como él.
Alumno: No, maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso!
Narradora: El maestro hizo una pequeña pausa, apartó la vista del alumno con el que había estado departiendo y mirando al conjunto de la clase, dijo: Maestro: Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles a comer una fruta masticada.
Alumno: No, maestro. ¡No me gustaría que hicieras eso!
Narradora: El maestro hizo una pequeña pausa, apartó la vista del alumno con el que había estado departiendo y mirando al conjunto de la clase, dijo: Maestro: Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles a comer una fruta masticada.
El
audio de este cuento lo tienes aquí.
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