martes, 16 de septiembre de 2008

EPAMINONDAS Y SU MADRINA




EPAMINONDAS Y SU MADRINA.


Había una vez una buena mujer que sólo tenía un hijo. Como era muy pobre quiso ponerle un gran nombre. Por eso le llamó Epaminondas, que es el nombre de un antiguo general griego.
El niño tenía pues un nombre glorioso, pero eso no le importaba demasiado.
Su madrina le quería mucho y le daba alguna cosa cuando Epaminondas iba a visitarla.

Un buen día la madrina le regaló un bizcocho.

- No lo pierdas, Epaminondas, no lo pierdas. Llévatelo a casa muy apretado.
- No temas, madrina, no lo perderé.

Pero apretó la mano con tanta, tanta fuerza, que cuando llegó a casa ya no quedaban más que unas pocas migajas.

-¿Qué traes aquí, Epaminondas?
- Un bizcocho, madre.
-¡Un bizcocho! ¡Válgame Dios! ¿Qué has hecho de la inteligencia que te di cuando viniste al mundo? ¿Qué maneras son esas de llevar un bizcocho? Un bizcocho se envuelve, muy bien envuelto, en un papel de seda, y después se mete dentro del sombrero. Entonces te pones el sombrero y, muy despacio y muy derecho para que no se te caiga, vienes tranquilamente a casa. ¿Has entendido?
- Sí, madre.

A los pocos días fue otra vez a casa de su madrina y ésta le regaló mantequilla fresca para su madre.
Epaminondas cogió la mantequilla, la envolvió en un papel de seda cuidadosamente y la puso dentro de su sombrero; luego se colocó el sombrero sobre la cabeza y empezó a andar hacia su casa, muy derecho y despacio.
Era verano y el sol abrasaba; la mantequilla empezó a derretirse dentro del sombrero y goteaba por todas partes. Y cuando Epaminondas llegó a su casa la mantequilla no estaba dentro del sombrero, sino encima de Epaminondas.
La madre, al verle, se echó las manos a la cabeza.

- ¡Epaminondas! ¿Qué traes aquí?
- Mantequilla, madre.
- ¿Mantequilla? ¡Válgame Dios, Epaminondas! ¿Qué has hecho de la inteligencia que te di cuando viniste al mundo? La mantequilla tienes que envolverla en hojas frescas. La mojarás, una y otra vez, en todas las fuentes que veas hasta llegar a casa. ¿Has entendido?
- Sí, madre.

La vez siguiente, cuando Epaminondas fue a visitar a su madrina, le regaló un perrito muy mono. Epaminondas, lo envolvió en unas grandes y frescas hojas, y por el camino lo fue mojando en todas las fuentes hasta llegar a casa; y cuando llegó el pobre perrito estaba medio muerto y tiritando.

- ¿Epaminondas, hijo mío, qué traes aquí?
- Un perrito, madre.
- ¿Un perrito? Epaminondas, ¿qué has hecho de la inteligencia que te di cuando viniste al mundo? Esta no es manera de llevar un perrito. Un perrito se lleva atándole una cuerda al cuello y tirando de ella con mucho cuidado, «así», para que el animalito ande. ¿Has entendido?
- Sí, madre.

Cuando volvió a casa de su madrina, la buena mujer le regaló un pan recién sacado del horno.
Epaminondas le ató una cuerda, y tirando de él con mucho cuidado, «así» volvió a su casa.

- ¿Qué traes aquí, Epaminondas, hijo mío?
- Un pan, madre, que me ha regalado mi madrina.
-¿Un pan? ¡Ay, Epaminondas! No tienes ni así de inteligencia, ni nunca has tenido, ni nunca tendrás. Ni volverás a casa de tu madrina ni te explicaré nada ya. Desde ahora iré yo a todas partes.

Al día siguiente su madre se preparó para ir a casa de su madrina y le dijo:

- Epaminondas, tú has visto que acabo de cocer en el horno seis pasteles y los he puesto sobre una tabla delante de la puerta, para que se enfríen. Vigila que no se los coma el gato y, si tienes que salir, mira bien cómo pasas por encima de ellos con cuidado.
- Sí, madre.

Y cuando Epaminondas quiso salir “miró muy bien cómo pasaba por encima de ellos con cuidado” mientras ponía exactamente los pies encima de cada pastel.
¿Y sabéis lo que pasó cuando volvió su madre? Nadie ha sabido explicármelo, pero a lo mejor vosotros lo adivináis.
Lo que es seguro es que Epaminondas no probó aquellos pasteles.

(Adaptación de un cuento de Sara Cone Bryant).

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1 comentario:

yolanda dijo...

un buen cuento, sin duda. Lo descubrí trabajando en Infantil y ahora lo he "copiado" de tu página para que mis alumnos de 5º se lo cuenten a los niños de 1º. Llevamos desde principios de curso leyendo cuentos en primero,no sólo leyendo, sino poniendo voces, o música, o contando el cuento con muñequitos que representan a los personajes.Cada mes 2 alumnos de mi clase acuden al aula de los niños de 1º a contar un cuento y está funcionando muy bien la experiencia, tanto para los mayores como para los pequeños.Tengo un blog, un recién estrenado blog, del que te dejo la dirección. Ánimo con tu blog, es estupendo.