martes, 16 de septiembre de 2008

YO DOS Y TÚ UNO.



Yo dos y tú uno.


Dicen que era un matrimonio que no tenía familia. Ya llevaban muchos años de casados. Una noche se pusieron a cenar y, como siempre, preparó ella tres huevos fritos: uno para ella y dos para su marido. Pero aquella noche no sé que bicho le picó a la mujer, que dice:

- Mira, ya estoy harta de que todas las noches te comas tú dos huevos y yo uno. Esta noche va a ser al revés: tú uno y yo dos.

- Ni hablar. Yo dos y tú uno. Como siempre.

- ¿Y eso por qué?

- Porque lo digo yo y en casa la autoridad la tiene el marido.

- Pues ni hablar. Esta noche, tú uno y yo dos.

- Que no.

- Que sí.

Bueno, pues estuvieron discutiendo un rato y ninguno daba su brazo a torcer. Ya cansado el marido, le dice:

- Como insistas, me muero.

- Pues muérete.

Entonces él se hizo el muerto y la mujer salió a la calle gritando:

- ¡Ay, que mi maridito se ha muerto! ¡Que se me ha muerto mi marido!

Vino el cura y le prepararon el entierro. Ya lo llevaban para el cementerio, y la mujer se acercaba a las andas, diciendo:

- ¡Dejadme, dejadme que lo bese por última vez!

Y con este pretexto se le acercaba a la cara y le decía al oído:

- Tú uno y yo dos.

- Yo dos y tú uno.

Y el entierro seguía. Ya llegaban al cementerio y otra vez se acercaba ella:

- Mira que voy a dejar que te entierren.

- La autoridad es la autoridad: yo dos y tú uno.

Conque llegaron al cementerio. Lo bajan de las andas y ya van a ponerlo en la sepultura. Otra vez ella, gritando, se le echa encima y le dice al oído:

- ¡Dejadme, dejadme que lo bese por última vez! Por última vez: Tú uno y yo dos.

- Ni hablar. Que me entierren.

Y como ya lo iban bajando, dice ella:

- ¡Está bien, cómete los tres pedazo de animal!

Y entonces él se incorporó de un salto y salió gritando:

- ¡Que me como tres, que me como tres!

La gente, que no sabía lo que estaba pasando, echó a correr atemorizada, y un cojo que iba en la comitiva decía:

- No corráis tanto, hombre, por lo menos que pueda escoger.

Y colorín colorado, el que no levante el culo del asiento será enterrado.

(Adaptación de un cuento de Antonio Rodríguez Almodóvar).

Todos los Cuentos Tradicionales de este blog los encontrarás reunidos aquí.

Si quieres escuchar el cuento pincha aquí

No hay comentarios: