Espejo.
(Adaptado del cuento de Kestutis Kasparavicius.
“Cosas que a veces pasan.” Edit. Thule).
A primera vista, Espejo se parece mucho a un cuadro. Tiene un hermoso marco y cuelga de la pared como un cuadro. Pero nada hay pintado en él.
Espejo es bien extraño y curioso. No tiene cara propia. Le gusta tomar prestada la cara de los demás. Podría decirse que es un falso, apenas se acerca alguien de inmediato se pone su cara. Si mamá se mira mientras se cepilla el pelo, Espejo muestra la cara de mamá e imita lo que ella hace. Cuando papá se acerca, cambia de cara y se pone bigote y gafas. Espejo lo imita todo. Cuando hacemos muecas frente a él, poniendo cara de rana boba, Espejo hace exactamente lo mismo.
Sin embargo, Espejo es muy útil. En él siempre puedes ver tu reflejo para saber si hoy estarás contento o triste. Incluso puedes intentar mirar dentro de tu alma. Aunque cuidado, porque aparece al revés y no debe tomarse demasiado en serio.
Cuando extiendes la mano, Espejo también extiende una amistosa mano hacia ti. Detrás de tu reflejo siempre puedes ver otra habitación en Espejo, pero no se puede entrar en ella. Bueno, quizá alguien lo consiga algún día.
Hasta entonces, Espejo se mantendrá lleno de secretos sin revelar.
El audio de este relato lo encontrarás picando aquí.
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